Si tu mascota es parte de tu familia seguramente la tendrás en cuenta a la hora de elegir la decoración de tu jardín. Si estás pensando en colocar césped artificial y no tienes muy claro si esto es una buena idea teniendo perros o gatos vamos a dar respuesta a tus preguntas.

¿Qué ocurre si mi perro lo muerde?

Los perros y gatos utilizan la hierba para purgarse cuando tienen molestias intestinales, por lo que quizás intenten morder el césped artificial un poco por costumbre.

A no ser que el perro será especialmente destrozón no tiene por qué suceder nada. La hierba tiene una gran resistencia e incluso si arrancha alguna brizna no se notará. En el caso de los gatos, al tener las bocas mucho más pequeñas, el daño es totalmente imperceptible. Generalmente, la mascota deja de prestar atención una vez que comprueba que no es hierba natural.

¿Y si la mascota hace sus necesidades en la hierba?

La orina se puede retirar utilizando de vez en cuando una manguera, algo muy recomendable para limpiar el césped de polvo y de otras suciedades que se pueden ir depositando. Las heces se pueden recoger igual que se haría en la hierba natural, usando la manguera para limpiar el lugar y desinfectarlo, especialmente si hay niños.

En definitiva, las mismas precauciones que tomarías con la hierba natural y la mascota. En ningún caso la orina o las heces estropearán la hierba que está pensada para soportar esto perfectamente.

¿Soportará las uñas de mi gato?

Posiblemente el gato ni siquiera intente arañar el césped artificial. Una vez que vea que no puede escavar para enterrar sus heces y que el tacto no es favorable para afilar sus uñas lo dejará estar porque no lo encontrará interesante para sus fines.

El césped de calidad media o alta aguantará perfectamente un pequeño ataque felino seguramente de un modo más efectivo que la hierba natural.

¿Puede lastimar las almohadillas de la mascota?

El césped artificial puede lastimar las almohadillas de las patas del perro y del gato del mismo modo que puede lastimar los pies humanos. Al estar hecho de plásticos puede tomar mucha temperatura cuando hace sol, por lo que es recomendable refrescarlo con agua, en cuyo caso puede causar resbalones.

Esto ocurre también con otros suelos, como la arena de la playa. A pesar de ser natural, puede lastimar mucho las patas de tu perro si lo haces correr sobre ella cuando hace mucho calor. Solo es cuestión de tomar precauciones.