El drenaje del césped artificial es un tema importante a considerar antes de su instalación. Hemos visto en el artículo de la semana pasada lo importante que podía ser contar con un pequeño desnivel en la terraza para que el agua de la lluvia o de la limpieza se drenara por debajo del césped artificial.

Pero, ¿qué sucede cuándo lo instalamos en exterior? ¿Qué requisitos necesita tener el suelo del jardín para que se produzca un buen drenaje?

En principio todo va a depender del resultado que queramos obtener con el césped que vamos a instalar. Pero si se quiere conseguir que el césped artificial se mantenga bonito durante mucho tiempo y sea lo más parecido posible a un campo natural, lo recomendable es realizar una preparación del suelo que no solo contribuirá a un buen drenaje, sino que además evitará que salgan malas hierbas.

Lo primero que hay que hacer es preparar convenientemente el suelo para la instalación del césped artificial. Para eso lo más recomendable es quitar todas las hierbas que pueda haber, así como los restos de césped y remover la tierra, alisándola a continuación para que quede una superficie plana.

Según el tipo de terreno puede ser necesaria una ligera inclinación que ayude a que el agua sea conducida hacia algún desagüe que pueda absorberla. También es recomendable aplicar un buen herbicida que ayudará a que la malla que se va a colocar sea mucho más efectiva.

Drenaje del césped artificial según el tipo de suelo

Aunque los expertos diferencian entre muchos tipos de suelos diferentes según su composición, aquí vamos a hablar en genera de dos grandes tipos: los que suelen encharcarse y los que absorben bien el agua.

Los suelos que tienen una buena absorción del agua son los que menos problemas causan a la hora de instalar el drenaje del césped artificial. En algunos casos esta preparación es mínima y una vez que el terreno está preparado no hay demasiado trabajo que hacer.

Se recomienda que una vez que el suelo está limpio y bien nivelado, se coloque una malla geotextil que contribuye a evitar que salgan las malas hierbas. Si el terreno es muy absorbente es posible que no haga falta colocar nada más.

En el caso de suelos que se encharcan será necesaria una capa de gravilla que contribuya al drenaje, que será más gruesa cuánto más sufra de encharcamientos el terreno.