Una de las cosas que más nos gustan de caminar sobre el césped es el olor a la hierba fresca. Para mucha gente, este olor es sinónimo de primavera o de paseos estivales y es una de las cosas que más echan de menos cuando optan por el césped artificial. Es muy bonito, pero no huele a hierba.

Pero, ¿y si tu césped artificial pudiera oler a hierba recién cortada? ¿Si imitara perfectamente el olor a la hierba fresca? Ahora es posible conseguirlo gracias a productos ambientadores que, rociados sobre el césped, liberan microcápsulas con un olor que imita perfectamente al natural.

Las posibilidades de estos sprays ambientadores con olor a hierba fresca son muchas, no solo en jardines al aire libre, sino también en una terraza de un piso, consiguiendo la sensación real de estar en el campo colocando césped de alta calidad y pulverizando el ambientador antes de disfrutar de un rato de ocio.

Un evocador aroma a hierba fresca

La aromaterapia defiende la importancia de los olores para conseguir sensaciones en nosotros. Hay determinados olores que contribuyen a relajarnos, otros nos estimulan para concentrarnos en el trabajo e incluso algunos nos recargan de energía.

El olor a hierba fresca probablemente tenga un efecto diferente en cada persona, asociado a los recuerdos que le transmite. Por ejemplo, para aquellos que asocian césped con partida con los amigos, el olor les transmitirá esa sensación positiva de estar disfrutando en camaradería.

A otros les transportará a la infancia, cuando comían en el jardín de sus abuelos y también puede que haya quién recuerde perfectamente sus últimas vacaciones en algún lugar paradisíaco en plena naturaleza.

Sorpresa perfecta

Lo  habitual es que los aromas asociados al césped sean siempre positivos y agradables. Por eso este ambientador es el punto especial que faltaba en cualquier lugar en el que haya césped artificial.

Imagina la cara de tus amigos cuando se sienten a tomar algo en tu jardín y puedan oler la hierba fresca a pesar de que les hayas contado que el césped es artificial. En algunos casos, si no lo saben, no lo averiguarán a no ser que lo toquen porque por aspecto y por olor, estarán seguros de estar disfrutando de un césped de hierba natural.

Si esto se hace en la terraza de un piso, la sorpresa será todavía mayor, porque nadie se habría imaginado poder disfrutar de una sensación tan real en una planta de un edificio en mitad de la ciudad.