Es época de castañas y estas saben mucho mejor cuando se comen con amigos. ¿Por qué no organizar una merienda/cena con castañas en el jardín? Es cierto que ya hace algo de frío y que en algunos sitios ha comenzado a nevar, pero ¿quién dijo miedo?

Lo primero con lo que hay que contar es con un buen porche para situarse debajo o un toldo suficientemente grande para alojar la mesa y a todos los comensales. En este caso sería perfecto colocar varias tablas con caballetes en forma de U.

En el centro, entre las mesas, debe de tener un lugar privilegiado el brasero en el que se van a realizar las castañas. Recuerda que para que salgan perfectas es necesaria una de esas sartenes especiales convenientemente agujereada.

El encanto de las castañas asadas

Las castañas están ricas de cualquier modo que se preparen. Si son cocidas con unas ramas de anís su sabor es delicioso. Si se preparan en marrón glace… ¿qué se podría decir de ellas? Y cualquier dulce que las lleve tiene un gusto muy especial.

Pero las castañas asadas tienen un sabor especial, porque se toman alrededor de las brasas en las que se cocinan y que sirven además para dar calor a todo el grupo mientras se preparan.

Es una imagen que parece sacada de otros tiempos. Hay tradiciones que sin duda deben de continuar y no se deben de dejar morir y tomar las castañas, todos juntos, es una de ellas.

Dado que noviembre es el mes de los muertos ¿por qué no aprovechar para contar algunas anécdotas escalofriantes de esas que muchos hemos escuchado contar a nuestros abuelos en el pueblo?

Seguro que recordaréis esta castañada durante mucho tiempo y que las anécdotas vendrán a vuestra memoria más tarde, ya en cama y a oscuras, recordándoos a los temores de la infancia.

Tu hierba artificial perfecta

Lo mejor de todo esto es que no importa si llueve, si ha nevado o si hace frío y han caído heladas. Tu hierba artificial va a estar totalmente impecable en el lugar elegido para realizar la cena.

Tus invitados y tú estaréis sobre un suelo mullido que parece de hierba natural disfrutando de un campo perfecto con independencia de los elementos meteorológicos.

Una cena mágica y tradicional que vale la pena saborear fuera y con los mejores amigos. ¡Que no falten las castañas este año!